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En Contra de la Juventud.

En contra de la Juventud. Dissensus c.i.c.e.c. Por Félix Gutiérrez Los jóvenes de hoy están bajo mucha presión. Tienen que salvar al mundo, tienen que ser activos y espontáneos, tienen que vivir su vida al máximo, tienen que enamorarse y cometer errores, emborracharse, tienen que decidir su carrera y su trabajo, su futuro, tienen que encontrar sus pasiones y todo esto antes del matrimonio y de los 30's. Hemos notado un énfasis global en la juventud, todas nuestras esperanzas y romances se encuentran en la generación “joven”, una generación que tiene derecho a divertirse y a equivocarse. Esto se escucha por todos lados, en los medios, nuestros padres nos lo dicen, los políticos nos lo recuerdan, los poetas, los documentales, los Ted Talks, hay una ilusa fetiche por la juventud. Nosotros los jóvenes sufrimos de muchas responsabilidades personales, planetarias, universales, históricas. A través de este escrito queremos problematizar el concepto de la “juventud” para eventualmente acabar con este. Entendemos que la juventud se articula por medio de fines políticos y bio-políticos. En esencia queremos argumentar que el concepto de la “juventud” está construido dentro de un marco de visión capitalista y que este fortalece la estructura autoritaria del estado, y así este determina un futuro represivo. Esta definición tradicional de la juventud, reprime el potencial humano, y previene un cambio social más radical. Comencemos. La narrativa tradicional sobre la juventud todxs la conocemos (y ya aburre): los jóvenes son los estudiantes, los activistas, los que tienen energías, los que salen a la calle, los que salen de fiesta, las personas entre los 15 y 35 años, deportistas, enamorados, emprendores, etc. Esta definición tradicional cabe perfectamente con la narrativa histórica de nuestras vidas.

Nacemos, somos niños, jugamos, aprendemos, pubertad, estudiamos, experimentamos, nos enamoramos, estudiamos, fiestas, nos graduamos, conseguimos trabajo, trabajamos, trabajamos, trabajamos, nos casamos, conseguimos una casa, tenemos una familia, trabajamos, viajamos, trabajamos, depresión, nos enfermamos, nuestra familia crece, envejecemos, recordamos, y morimos solxs. Esta es la narrativa que nos han impuesto, que no decidimos, y que no controlamos. La etapa juvenil ocupa alrededor de un 25% de nuestras vidas, asumiendo que vivimos hasta los 85 años. Nuestra juventud la vivimos cuando nos dicen que la tenemos que vivir. Y acaba cuando nos dicen que acaba. En otras palabras la juventud es el periodo en donde nos dejan que nos divirtamos a costo de pasar el resto de nuestras vidas trabajando. La sociedad (la configuración social) la narrativa dominante delimita la categoría de los jóvenes. Esta categoría es basada en la narrativa que ya discutimos, la de: nacer, crecer, estudiar, trabajar, casarse, tener una casa, tener hijos, trabajar, morir. Los jóvenes están entre estudiar y trabajar. Hay que recordad también que esta categoría es bien eurocéntrica y de occidente.

Esta narrativa, este cuento (la cronología de la vida) fue creada por el capitalismo y el estado. El capitalismo necesita una fuerza obrera capaz de trabajar, y el Estado necesita categorías definidas de su población para administrar. La juventud es una categoría política. Es un concepto que permite que nos administren y manipulen. Cualquier individuo que se salga del parámetro de este concepto será visto como un anormal y otro. Y esto no es bueno para el Estado. El Estado se estresa : ¿Estas casado o no estas casado?! ¿Estas en segundo o en tercer año?! ¿Tenes empleo, o no tenes empleo?! Aquí entra Foucault. Foucault es famoso por muy elocuentemente criticar las categorías científicas, políticas, psicologicas, sociologicas sobre la sexualidad, la salud mental, y la criminalidad. Foucault afirma que las categorías por las cuales definimos que es “normal” y que es “anormal”, o “buen ciudadano” y “criminal” o “cuerdo” y “loco” son estrategias y herramientas políticas que funcionan para administrar y controlar al individuo y a la sociedad.

No existe nada natural, nada biológico, que determine la juventud. Todo esto cabe adentro de un marco histórico que se mueve y cambia, pero lo importante es que las instituciones tienen el poder para definir y categorizar a la población. La juventud es una de estas categorías políticas, junto con los adultos, la niñez, los desempleados, los militares, los estudiantes, los maricones, etc. La juventud como categoría no tiene nada de natural ni divino, la juventud fue construida bajo requisitos y demandas políticas. Es facil. Es eficiente. Funciona. "Primero comenzas aqui, despues pasas por aca, y despues terminas aqui." Como piezas en una fabrica.

Foucault también emplea el concepto de la biopolítica. Cual consiste en administrar la biología misma de los cuerpos sometidos. La juventud claramente se refiere una tipo específico de biología basado en nuestra “edad” y supuesto desarrollo físico. Esta biopolítica es fortalecida por las narrativas presentes en la psicología, la medicina, y por las escuelas. Y si no cabes en esta categoria social, pasa lo siguiente: por ejemplo, en tercer grado había un niño en mi aula que tenía 15 años, y él era mucho más grande y recio que el resto, esto nos pareció sumamente extraño porque su biología no encajaba con el esquema de la biología de los niños de tercer grado. Este niño, que no encajaba los esquemas Estatales/Burocráticos/Sociales de un niño de “tercer grado” fue marginalizado y tuvo que salirse de la primaria.

Toda esta estrategia política que define a la juventud tiene que ver con perpetuar la narrativa del capitalismo. El capitalismo nos dice claramente cuando dejamos de ser jóvenes, nos dice cuando termina nuestro tiempo de divertirnos y cuando comienza el tiempo de trabajar, ser un ciudadano productivo y por supuesto consumir. El capitalismo también no solo inventa el concepto de juventud pero también lo explota. El capitalismo invento este concepto y lo ocupa para beneficiarse: la gran mayoría de anuncios y de actividades consumistas son orientadas hacia la juventud: zapatos nuevos, bicicletas, viajes alrededor del mundo, acción, emoción, sexo, musculatura, heteronormatividad, sexismo, racismo, estas ideologías se instalan, fortalecen y pereputan durante nuestra juventud.

Como advertimos al principio nosotros queremos eliminar esta categoría política, sea lo que sea la juventud. Entendemos que esta categoría limita el potencial humano y también limita las posibilidades de resistencia. Estamos criticando a la juventud para criticar la narrativa completa de la vida moderna. Pensamos que si eliminamos a la juventud, podemos desequilibrar la narrativa de nacer-trabajar-morir y así crear una sociedad más progresiva y liberada. Curiosamente, al mismo tiempo, notamos que a la juventud se le da demasiado crédito y demasiada responsabilidad. Todos conocemos a los que dicen a los 35 años “Yo ya estoy viejo, el cambio social es cosa de jóvenes” o cuando se dice, “la generación que viene será la responsable de enfrentar en cambio climático” o también “luchemos por nuestros hijos” “por los niños del mundo”. La juventud como concepto es utilizada para justificar la pasividad y neutralidad de los adultos y niños. Al parecer algo mágico sucede cuando alguien se vuelva padre o madre y se vende al sistema. Ya cualquier intento de resistencia o acción revolucionaria queda olvidada, los tiempos dorados de la juventud desaparecen. Pero no tienen que desaparecer. La responsabilidad del cambio social la tenemos todxs: todos los cuerpos, todas las edades, todas las habilidades. “Adultxs” “Niñxs” “Viejxs” absolutamente todxs somos responsables y a este punto todos tenemos que luchar. La narrativa capitalista nos dice que la acción y la innovación solo vienen de los jóvenes. Los adultos son engañados para casarse y dedicarle sus vidas a sus trabajos aburridos y sus patéticas familias y a sus hijos que tuvieron porque la sociedad les demanda tener hijos aunque ellxs no quieran. La juventud tiene demasiado crédito. El real cambio social será producido por todxs. No habrá ninguna categoría que reciba más crédito que otra. La categoría de los "jóvenes" es utilizada para pacificar a la población. ¿Cuándo deja uno de ser joven? ¿Cuándo se casa? ¿Cuándo compra una casa? ¿Cuándo uno deja de estudiar? ¿Cuándo uno tiene hijos? Tengo amigos de 28 años que se casan y su retórica se vuelva la siguiente: “el cambio le pertenece a los jóvenes, yo ya viví. Esta retorica es bastante común en los “adultos mayores” que a los 35 años ya deciden salirse de la política social, y del activismo, y del ambientalismo. La categoría de los jóvenes es utilizada como una excusa para dejar de actuar en el mundo. Ósea, tenes 35, te faltan por lo menos 50 años más de vida, deja de boludear y aprende a organizar la insurrección. Cambiando de gas: La categoría de la juventud es increíblemente incorrecta. A continuación tendremos varios ejemplos sobre como para algunos, los años dorados de la juventud, no son tan gloriosos, para demonstrar el priviegio de ser jovenes para algunos, y para demonstrar lo borroso que son todas esta categorias: -Hay niñxs que son forzados a crecer muy rápido. En este ejemplo es importante mencionar que el capitalismo en muchas partes del mundo celebra la mano de obra infantil, sea en las fábricas de ropas o en las industrias agrícolas. Muchos niñxs nunca gozaran una niñez o una juventud, porque tendrán que trabajar 10 horas al día bajo condiciones peligrosas, agresivas y extremas. No todo mundo goza de la juventud, y muchos niñxs entran al mundo con responsabilidades adultas. -El patriarcado, a través de la agresión sexual, ha embarazado a millones de niñas en todo el mundo, que algunas a los 10 años, se han vuelto madres, y han tomado esta responsabilidad que se han impuesto a ellas. -La “pureza” de la niñez ya no existe. Y reconozcamos que esta pureza se origina de una conciencia y moralidad cristiana de “inocencia”. En realidad, bajo el mundo capitalista, nadie en inocente y puro. El capitalismo nos obliga a dejar de fetichizar a los niños y a los jóvenes.

¿Cuándo deja uno de ser joven? ¿Quién decide? El trabajo le quita la juventud a las personas.

Para una persona que trabaja en una maquila o en una industria desde los 11 años hasta los 50 años, no existe la categoría de la juventud. Esta retórica tradicional de "la juventud" le pone mucho énfasis a los jóvenes como masa social, y crea distancias morales entre los jóvenes y otras categorías como los niños y los adultos. La categoría de los jóvenes también limita el potencial social. Porque los adultos dejan de hacer cosas que son asociadas con la juventud, como volver a la Universidad, activismo, tomarse las calles, fiestas, etc. En otras palabras, nos burlamos de la gente que “claramente no son jóvenes” cuando hacen “cosas de jóvenes.” Lo que deberiamos de hacer es celebrar la rebeldia categorica de los que no son jovenes. Queremos proponer una juventud que sea más que solo entre los 17 y 25 años. La búsqueda sobre la fuente de la juventud no tiene que estar marcada por rasgos biológicos ni por potencias sexuales. Como se dice casualmente “los viejos también pueden ser jóvenes.”

La juventud no es un sujeto, es un verbo.

La juventud es una acción, una mentalidad, que se tiene que llevar toda la vida. La categoría de jóvenes como una masa de personas, definidas por el estado y el capitalismo, limita el potencial humano. Es más fácil romantizar y depender de la categoría del joven, que expandir esta categoría a todas las demás. Queremos que todas las edades celebren la “juventud”. Juventud en este sentido tiene que significar: energía, valor, curiosidad, cuestionamiento, creatividad, acción, pasión, y solidaridad. El trabajo (capitalismo), el matrimonio (religión), le quita todo lo positivo a la juventud. Y tenemos que responder a esta realidad, a través de crear nuestras propias categorías y narrativas de vidas que se encuentren en activa resistencia en contra de las narrativas y categorías impuestas por el capitalismo y el Estado. Juventud divino tesoro, te vas a para no volver... blah blah blah... pero esta divinidad nunca se tiene que ir, puede estar presente en nosotros todas nuestras vidas. Pero al parecer todos colectivamente preferimos abandonarla, enterrarla, y venderla al sueño capitalista. Decidimos vivir una juventud eterna, rebelde y explosiva!! Nunca queremos ser adultos! En Resumen: La juventud es un invento creado por el capitalismo/Estado para fortalecer su propio poder y para limitar la resistencia. Hay que acabar con esta categoría, esparciendo lo positivo que tiene hacia todas las demás categorías, para hace crear una masa basada en la comunidad y solidaridad entre nuestras diferencia y así retomar nuestras vidas de las garras del poder.


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